viernes, 24 de junio de 2016

Correr en Guatemala es como vivir en Guatemala. Es muy difìcil ver para adelante. Tenés que estar viendo enfrente y abajo que no te vayas en un hoyo. Hay demasiados hoyos, las banquetas se acaban, construcciones, alambre espigado... ver 100 o 500 metros adelante sería mucho. Mucho menos un kilómetro. Hay que ver éste metro y los siguientes cinco. Eso ya es bastante. Economía de subsistencia... sobrevivir. Sacar éste mes, éste año... ya es bastante para muchas familias. No preguntes de un plan a 5 años, mucho menos le preguntes al presidente de un plan de nación!
En éste país todas pequeñas empresas somos como las tortillerías. Cada quetzal cuesta y hay que trabajarlo. Y cuando entra, no es todo ganancia. Aún hay que restarle los costos!

jueves, 7 de enero de 2016

50 kmph

En la ciudad de Guatemala no se debería de poder manejar a más de 50 km/hr. No tiene ningún sentido. A ésta velocidad se cubrirían 12.5km en 15 minutos. O sea, en 15 minutos se podría atravesar toda la ciudad sin problemas. El domingo en la tarde iba a 50 km/hr en la Calzada Aguilar Batres. Sentí que volaba. Estaba feliz de que fuera tan fluido. En realidad mucho del tráfico en Guatemala en horas pico va de 0 a 5 km/h. ¿De qué sirve ir a 80, 90,  o 100 km/hr de un semáforo a otro, en la avenida de Las Américas, o en esas pocas calles que quedan sin túmulos? Es ridículo. No llegarás más rápido a tu mandado, mucho menos a tu trabajo o casa si tienes el horario tradicional. Pero si puedes provocar muchos accidentes, en especial a un peatón, ciclista, o motorista, que tampoco deberían de sobrepasar éste límite.

Aprovecho para reflexionar en el tráfico de Guatemala, que es un gran reflejo de nuestra situación social e histórica de imposición, clasismo, explotación, e inseguridad social. El que sabe quién es, no anda buscando ser reconocido o respetado por los demás en la calle, y hasta puede andar en bicicleta, o a pie. Pero el inseguro y falto de identidad, tiene que ver a quien le “echa el carro encima” (y más si es una caravana de carros) para darse “su lugar” y sentirse más que los demás. O ir rápido,  a 100 km/hr, de éste semáforo al otro, para que todos (¿Quién?) miren que van “muy rápido”. Así que mejor muestra quien eres por darles paso al peatón y al ciclista, y darte tu lugar esperando en la cola como todos los demás.
“Es que hay que enseñarles a pescar, no sólo darles el pescado” dijo una señora acomodada de la élite. ¿Y usted trabaja señora? ¿Y su esposo? ¿Y sus hijos? Y de verdad saben trabajar, o sólo ganan intereses de inversiones y reciben rentas de propiedades. Es que eso no es saber trabajar. Y, ¿quién es usted para enseñarles? No. No es que no sepan trabajar. Claro, tal vez no sean estudiados fuera. Pero cuántos estudiados fuera tampoco saben pescar, ni lavar platos, ni arar la tierra, ni cumplir con horario, ni usar herramientas. ¡Claro que los pobres saben trabajar! La tasa de desempleo en Guatemala no es más alta que en Estados Unidos, a pesar que en Guatemala hay mucho menos trabajo que en Estados Unidos. Más del 80% de los empleados no son trabajadores asalariados, ni en planilla, ni con bono 14, ni aguinaldo. Es decir, más del 80% de la economía somos gente que al no tener trabajo vimos que hacer para generar un ingreso. No somos haraganes. Aquí, como dijo un autor, “los haraganes ya murieron de hambre”. Y como dijo San Pablo, “el que no trabaja, no come”. Aquí, ¡ni los que trabajan comen! Así que no digamos esas cosas. En Guatemala nadie está pidiendo nada de regalado. Que los gringos vengan a regalar y los guatemaltecos lo acepten porque no les queda otra, es otra cosa. 
Me llamó mucho la atención ésta flor. Va muy bien con el blog. Es un reflejo de como en medio de condiciones adversas, en Guatemala hay flores que nacen desde las rocas.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Empresas no tienen la potestad de cortar árboles sin consentimiento de residentes


¿Acaso la empresa eléctrica es dueña de nuestros vecindarios para decidir que se hace con ellos? Los árboles aparte de oxígeno, dan belleza, ornato, y contribuyen a especies de pájaros y ardillas aún existentes en nuestras casa. Es que ni preguntan si se los pueden volar! “Es que si no, no pueden pasar los cables.” ¡Es que los cables llevan años allí! Es que usted es un trabajador que mañana ya no trabajará allí, y le valen madre los árboles. Pero los vecinos sembraron los árboles hace 20 o 30 años y seguirán viviendo allí otro tiempo igual. Además, al día de hoy las empresas de telecomunicaciones y electricidad contratan a los “mejores” ingenieros de Guatemala. ¿Cómo puede ser que teniendo a la mejor gente, más recursos, y conexiones que casi cualquier empresas, no se les pueda ocurrir, en el siglo 21 cómo pasar la electricidad y los datos que no sea talando los pocos árboles que quedan en la ciudad? “Es que no se puede.” Eso es el problema de muchos Guatemaltecos, la imposibilidad de salirse del estándar. Acaso no deberían, por todo el dinero que ganan de vender electricidad a los vecinos, dar algo al vecindario? ¿Qué tal sembrar árboles, incluso donde no han cortado? Pero donde han cortado, debieran de sembrar doble, y resolver el problema del cableado! ¿Por qué la electricidad y “el progreso” va en contra de la naturaleza? ¿Por qué el conflicto? ¿Es que acaso no pueden coexistir? Claro que sí. Pero no, las empresas de electricidad están muy ocupadas destruyendo ríos, cortando árboles, y desalojando a poblaciones indígenas, como para preocuparse por el oxígeno, el ornato, y los ecosistemas urbanos. Eso es nuestro trabajo como vecinos, defender nuestros vecindarios de empresarios, ladrones, políticos, taladores, y otros maleantes (que al final son todos los mismos) y trabajar positivamente por nuestra cuadra. Termino con la invitación y el reto de sembrar al menos dos o tres arboles al año por cada miembro de nuestra familia inmediata. Valen de Q25 a Q0 si se saben conseguir, y un par de horas!