“Es que hay que
enseñarles a pescar, no sólo darles el pescado” dijo una señora acomodada de la
élite. ¿Y usted trabaja señora? ¿Y su esposo? ¿Y sus hijos? Y de verdad saben
trabajar, o sólo ganan intereses de inversiones y reciben rentas de
propiedades. Es que eso no es saber trabajar. Y, ¿quién es usted para
enseñarles? No. No es que no sepan trabajar. Claro, tal vez no sean estudiados
fuera. Pero cuántos estudiados fuera tampoco saben pescar, ni lavar platos, ni
arar la tierra, ni cumplir con horario, ni usar herramientas. ¡Claro que los
pobres saben trabajar! La tasa de desempleo en Guatemala no es más alta que en
Estados Unidos, a pesar que en Guatemala hay mucho menos trabajo que en Estados
Unidos. Más del 80% de los empleados no son trabajadores asalariados, ni en
planilla, ni con bono 14, ni aguinaldo. Es decir, más del 80% de la economía somos
gente que al no tener trabajo vimos que hacer para generar un ingreso. No somos
haraganes. Aquí, como dijo un autor, “los haraganes ya murieron de hambre”. Y como
dijo San Pablo, “el que no trabaja, no come”. Aquí, ¡ni los que trabajan comen!
Así que no digamos esas cosas. En Guatemala nadie está pidiendo nada de
regalado. Que los gringos vengan a regalar y los guatemaltecos lo acepten
porque no les queda otra, es otra cosa.
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